martes, 22 de diciembre de 2009

LEONARDO -TITO- BUENO

Auténtico e inequívoco sembrador de los cimientos progresistas de la urbe Navarretense


Por: Dionny Cabrera Pérez

Ustedes saben que después de que fuera decapitada la dictadura de Trujillo en 1961, se inicia un proceso "democratizador" monitoreado por la Embajada quienes habían establecido el llamado Consejo de Estado hasta la convocatoria a elecciones nacionales y municipales de diciembre en 1962, en las cuales salió electo el profesor Bosch, del PRD, como el primer presidente escogido democráticamente al vencer a Viriato Fiallo de UCN; y el señor Bruno Mercado se alzo con la sindicatura del municipio al derrotar a UCN. Siendo este el primer sindico electo en forma democrática en este municipio.
Pero resulta que ni Bosch ni Bruno Mercado pudieron llevar a feliz términos sus acrisoladas gestiones ya que una asonada golpista de la Embajada y los grupos oligárquicos y reaccionarios los echaron del gobierno un 25 de septiembre de 1963, hecho sombrío que significó un marcado retroceso al proceso político democrático que iniciaba la Republica Dominicana. Consumado el golpe, los conspiradores instauraron -bajo las ordenes del la Embajada-, El Triunvirato. Las acciones de este gobierno de facto conllevaron las reacciones guerrilleras de Manolo Tavares Justo y su dolorosa caída en Las Manaclas a consecuencias de las imprevisiones y las acciones celadas de la Embajada y sus agencias.
Y así llegó el glorioso 24 de Abril, cuando militares y pueblo se fundieron para producir una acción ejemplar que liquidó a los Golpistas del Triunvirato existente y repuso el gobierno de Bosch en un primer momento con el coronel Francisco Alberto Caamaño a la cabeza. El gobierno de García Godoy celebró elecciones el 1 de junio de 1966, con las tropas Norteamericanas pisoteando la Soberanía de nuestro país, y los sumisos militares dominicanos envalentonados al contar con la presencia de tropas extranjeras, lógicamente ganó la presidencia el doctor Balaguer.


Idéntico, aquí resulto ganador el señor Netico Vargas, seguidor del Lic. Augusto Lora, del Partido Reformista. Luego en 1968 resultó ganador el hacendado Nene Bisonó, como consecuencia de que Bosch y el PRD asumieron la línea abstencionista, es decir, se negaban a participar del proceso alegando que se recurría a un "matadero electoral" ya que las elecciones eran un proceso viciado donde no había garantías de que se respetara el voto emitido por cada ciudadano, por ello en el año 1970 dicha ausencia favoreció la elección a Bolívar Borrelly y en 1974 a Leonardo -Tito- Bueno. Bajo el mandato de ninguno de los síndicos electos, hasta 1974, sucedía un solo hecho histórico revelador de cambios en los órdenes urbanísticos y/o sociales que había estado reclamando la población navarretense. Por ello, la inesperada llegada de Tito Bueno a una sindicatura, que desde ...1961 fecha de la engañosa declaración de municipio hasta el 16 de agosto de 1974 en Navarrete no se había producido la ampliación o extensión de su cerradísimo casco urbano de una Aldea que Tito Bueno la encontró naufragada, como desafío a su modestia, para rescatar su fortaleza interior y sus reveladoras debilidades subyacentes que las energías de este político progresista encontrarían para dar el salto histórico que Navarrete requería en ese instante, asumiéndolo como un real reto histórico para él como navarretense.

Contrario al común de las elecciones municipales anteriores, a Tito le correspondió participar en el proceso electoral de Mayo del 1974¹ y eso fue como esperar inmóvil en un jardín para ver pasar la caída del atardecer, como anuncio y evidencia de que el Poder es tan débil y pasajero como un crepúsculo. Porque era la dicha que retornaba esta vez con las primeras luces del nuevo día, no sé si como consuelo a los Navarretenses por la terca abstención electoral del PRD de Bosch o un desafío a Tito en función al reto que significaba para él dirigir los destinos de su pueblo, afán que, en su calidad de -Monaju³- y de ex-catorcista, siempre quiso ver cristalizado su anhelo de demostrar que se podía hacer realidad los ideales que le dieron convicción para intervenir en las actividades políticas sociales siempre suspicaces y cargadas de la esperanzas que eternizan el estado de cosas.

Desde medidos de la década de los años '60 se emprendió una iniciativa de inquietud social que aglutinó a personas de los diferentes estratos sociales y que estaban preocupadas por el auge y la fuerza que había tomado el negocio de la trata de mujeres (prostitución) que se había convertido en una afrenta para la sociedad. En esos años la Aldea de Navarrete adquirió inusitada fama, pues era como un gran prostíbulo con callejuelas, casas, iglesias, medios de transporte, escuelas, negocios, autoridades...y habitantes, unos conformes con ser cifras estadísticas, otros en la mejor disposición de hacer variar esa realidad, asumiendo el rol que debió corresponderle ante semejante desvergüenza social.

No obstante la gravedad del problema de la prostitución, pasaron diferentes ejecutivos municipales desde la caída del Tirano en 1961, siendo los sucesivos síndicos electos democráticamente, si no indiferentes, al menos, no mostraron el menor interés frente a ese reclamo de la población, puesto de que además, este negocio estaba estrechamente vinculado al poder político (funcionarios, policías y militares) quienes abusando de sus atribuciones se convirtieron en los principales defensores de esos centros de meretricio por los beneficios que muchos de ellos obtenía no sólo de sus dueños... hasta que emerge la figura de Tito Bueno como candidato a sindico, quien al ganar la sindicatura en 1974, va mucho mas lejos que los demandantes y asume la sabia decisión de gestionar ante el gobierno para que uno de dichos locales fuera comprado por Bienes Nacionales, convirtiendo así el "Bar Vesubio" en El Comedor Económico; en cambio, el Bar de Martina Bozo y el cabaret "Aurora" lo cierran y dan apertura a dos calles perpendiculares, poniéndolo en evidencia y rompiendo así su mítico enclaustramiento para los asiduos parroquianos; peor suerte corrieron el resto de prostíbulos y casas de cita que como semilleros estuvieron proliferaron en este municipio; estos hechos puestos en ejecución por la administración de Tito le atrajo el respeto del "Comité Contra la Erradicación de Prostíbulos" quien junto al entonces sacerdote Amable Ramírez, de la iglesia católica, habían llevado la voz cantante en esa lucha contra los centros de prostitución, inclusive ese organismo había realizado varias marchas, que en su momento fueron reprimidas con bombas lacrimógenas por policías en la misma iglesia.

Tito Bueno demostró -en el ejercicio traslúcido de la sindicatura municipal-, que las carencias presupuestarias, las limitaciones de recursos técnicos, equipos o maquinarias no son obstáculos para la acción cuando hay talento, si no insípidas excusas de seres sin inspiración para servir a la sociedad; Tito confirmó que es la fuerza de voluntad sumado a la creatividad, la inteligencia emocional y, poner atención a las necesidades y reclamos del pueblo lo que realmente hacen la diferencia, lo que él deseaba hacer lo hizo siempre aguzando el oído al clamor popular, no obstante tuvo la convicción de que esas acciones eran como las huellas del camino -hoy corroborado hasta la saciedad por quienes lo sustituyeron-, ya que "jamás colocaron de nuevo sobre las antiguas pisadas, las nuevas", sólo cuando se carece de ideas, se es indolente y estando -cual mezquina extraña-, desprovistos de las imprescindibles reminiscencias que nos regalan la memoria vivencial e histórica del desarrollo del municipio en que hemos vivido.

Con la cabal actuación de munícipe, Tito puso de manifiesto que ejercer la sindicatura es un hecho complejo pero que realmente es simple cuando la actuación es diáfana, transparente, lo que la hace difícil son las desmedidas ambiciones personales al no saber guardar las apariencias en obras falsas adjudicadas en contra del presupuesto, el no tener limites en malversaciones, nepotismo, desmanes y sobre todo las ausencias de exactitudes y esmeros en la rendición de cuentas que la sociedad ha reclamado en plenitud de derecho, lo que convertiría a la actual administración en reo de la soberana justicia popular.

Los nuevas urbanizaciones estimuladas por la gestión de Tito Bueno hicieron posible la materialización de grandes negocios inmobiliarios posteriores, al calificar como suelo urbanizable grandes extensiones de terrenos, que llegaron a producir enormes plusvalías a los propietarios de antiguos suelos agrícolas hoy urbanizados. Además, con las nuevas obras de infraestructura instaladas y los nuevos barrios residenciales construidos (Los Jeremías, Duarte, Villa Tabacalera, etc.) estas pavimentaciones sufrieron una excesiva especulación en el mercado de valores, que originó una densificación muy superior a la definida en la planificación original de Tito y su visión desarrollista. Su agudeza de perfeccionamiento iba camino a lograr el crecimiento ordenado, no arrabalizado del municipio, razón por la que, en su gestion1974-1978, contribuyó a la edificación de los únicos proyectos urbanísticos ejecutados en Navarrete por el Estado Dominicano hasta hoy día 2009). De ahí que las cercas, fincas y potreros que la delimitaban desaparecerían definitivamente y el crecimiento de la antigua Aldea y su explosión tendría lugar hasta límites insospechados.

La ejemplar e irrepetible administración de este ciudadano y, sus tangibles y evidentes resultados treinta y un años mas tarde, pone cada día al desnudo, con las inagotables arsenales financieros del ayuntamiento de hoy, que son los Ejecutivos del municipio los que destruyen o no el equilibrio social, su reputación y su crédito público, acumulando banalidades que nunca les servirán a su (buen nombre) honradez, que sólo serán cargas para su pesado fardo y para su sombría e imborrable imagen de ex que llenaría de vergüenza a sus ascendientes y descendientes cuando se estudien con frialdad las huellas dejadas en la institución Ejecutiva del municipio.

Su fecunda creatividad -en el período de las vacas flacas que le tocó regir-, estuvo dirigida por la exuberante fuente de imaginación poseída, cuando los exiguos recursos presupuestarios y materiales se agotaban, cual mago del oriente buscaba en el pródigo manantial de su inventiva que es infinita, y trabajaba para reponer esas enmarañadas minucias, ahí radicó la gigantesca diferencia frente a sus sucesores -en la época de las vacas gordas-, en el cargo; en su gestión no se destruía lo que había ni se lanzaban al aire vanidoso como si ningún esfuerzo costó el adquirirlo, no, eso sería torpe, lo que él trató siempre -de demostrar con su participación personal y directa en el quehacer del municipio-, es que no permitamos que la cosa pública sucumba ante nuestros ojos si podemos remediarlo hasta por cuenta propia. Demostrando así su respeto y enaltecimiento por los bienes del pueblo, sin poses filantrópicas con los bienes del pueblo ni egoísmos banales.

Entre las obras de infraestructura básica y que han sido un gran aporte a la transformación de Navarrete en una gran urbe podríamos mencionar:
La Canalización del Arroyo Guanábano, cuyas aguas al desbordarse por la parte noreste de Navarrete inundaban desde Los Candelones hasta El Bolsillo, por lo que la llegada de los periodos de vaguadas o tormentas tropicales lluviosas generaban la crecida de este arroyo, lo que constituía una pesadilla para los navarretenses, ya que implicaba destrucción y perdida irreparable de utensilios y mobiliario de muchas casas y familias lo que representaba una segura tragedia para nuestros pobladores, desventura que al contarla hoy requeriría de una extraordinaria imaginación del receptor;

La Construcción de los actuales locales de la Escuela JMI, el Liceo PME, el Hospital, el Parque, el Matadero. Es justo recordar que al movimiento estudiantil de los años '70 le correspondió asumir su rol histórico, ya que en esas precisas circunstancias se producía el mayor crecimiento demográfico de la población escolar, lo que generaba el déficit de aulas, pupitres/butacas, profesores, etc., por lo que, al producirse -también en ese momento-, el surgimiento local de las Organizaciones estudiantiles, le correspondió al FEFLAS-FELABEL ser la entidad que dirigió todo el proceso de lucha y reclamo con el objetivo de que el gobierno construyera el nuevo local de la EJMI (1974); También, en esa etapa ya se había hecho efectiva la Oficialización del LPME que funcionaba en horario nocturno y los estudiantes fueron transferidos al antiguo local de la JMI en la mañana, frente al parque actual, hecho que generó un increíble crecimiento de la población estudiantil, ya que además, nuestro liceo le dio albergue a decenas de estudiantes que venían de otros pueblos vecinos como: Altamira, Villa Gonzáles, etc. Todas estas circunstancias favorecieron para que el insipiente movimiento estudiantil tuviera razón de ser, pues había mas que razones para reclamar de las autoridades de turno la construcción de un nuevo local para los estudiantes de secundaria, acción en la que se vio directamente involucrado el sindico Tito Bueno, el fundador y director del liceo Rafael Guadalamar Barranco al encauzar comitivas que junto al FEFLAS-FELABEL se proponían conseguir las demandas ante el Gobierno Central, lográndose, al combinar las luchas callejeras con las gestiones directas, también la edificación del actual local del Liceo PME (1975);
Estaría demás destacar la decenas de obras esenciales y básicas como la construcción del Hospital, el Matadero, el Parque, El Comedor Económico, el primer acueducto, el trazado constructivo del actual perímetro urbano municipal, ya que fue quien gestionó ante varias familias las difíciles platicas para lograr que muchas de nuestras calles que no tenían salida, pues estaban bloqueadas por conucos, solares o viviendas, etc., y este le buscó una salida armoniosa que facilitó el que hoy muchas de las calles como la Daniel Goris, La Mella, Arturo Bisonó, La Gastón... así como muchas calles de los barrios Duarte y el Sector La Mella, etc. tengan el fácil acceso que exhiben.

Tito fue siempre excesivamente receptivo y un facilitador de los reclamos del movimiento estudiantil y popular de su época, conminándolo siempre a la creación de comisiones que junto a él realizaban cuantas gestiones fueran pertinentes para que las necesidades latentes fuesen resueltas por el gobierno.

Mantuvo invariable su respeto a los disidentes de la política del gobierno su partido reformista - muy a pesar de ser una figura prominente del llamado "Grupo de los 100" del régimen balaguerista de los 12 años-, fue siempre indulgente, al mantenerse al margen del "reformismo de la sombra". Él entendió que el derecho a estar en desacuerdo en todo conglomerado social es tan imprescindible que la reacción ante su práctica deja rápidamente evidenciado la calidad y altura de la democracia de esa sociedad. Aceptar y promover que haya quienes piensen diferente a los sustentantes del pasajero Poder político garantiza el crecimiento y progreso social, fue su tesis. Nunca admitió que el mundo es blanco y negro.

Nos correspondió, como a muchos otros de mi generación, ser adversarios políticos de Tito, pero que sentimos orgullo porque realizamos una oposición firme, ecuánime y de mutua colaboración revolucionaria a su gestión, pues Tito fue el sindico en quien se podía confiar no sólo en sus palabras si no en el uso incorruptible de los recursos público que le correspondió manejar sin un sólo escándalo ni hechos que lastimaran su honra que hacen galas con su apellido paterno.

Siendo el ejecutivo municipal y dirigente del PR nos llegamos a reunir a instancia de él en su residencia Jaime Reyes, Tomas Disla y quien suscribe, entre otros, siendo nosotros en ese momento histórico, dirigentes locales del MPD, concientes de que ni se le iba pegar nuestro sarampión a Tito pero mucho menos una sola mancha de sangre había salpicado su condición de reformista, pues tanto en él como en nosotros lo que primaba era el interés supremo de buscarle solución a los diferentes problemas que patentizan el aplazamiento del desarrollo social y quedarse de brazos cruzados ni fue su conducta de hombre público ni fue la actitud nuestra como parte del movimiento social y popular de ese tiempo. Tito nos permitía creer con fe ciega en la palabra empeñada sin escribir nada ni necesitar testigos para que el sagrado compromiso fuese honrado de forma espontánea, porque tenía más peso que todas las leyes juntas.

Tito, durante su gestión sostuvo la iniciativa de estimular, dar apoyo y contribuir al desarrollo de actividades deportivas, culturales, recreativas, etc. En ese sentido estimuló la constitución de los primeros juegos intermunicipales de voleibol de la provincia de Santiago, conjuntamente con los clubes deportivos y culturales de esa época; Promovió giras de estimulo y apoyo a los estudiantes de término mas destacados o sobresalientes del bachillerato en el LPME, llevándolos la Primera Feria del Libro (1974), así como a los diferentes centros históricos y culturales de Santo Domingo y otras ciudades; También brindó su entusiasta apoyo logístico para la realización de la Primera Semana Cultural organizada por la UNESUNA en 1977; Cedió el terreno a la iniciativa de UNESUNA para la construcción de la tarima de la hoy Plaza de La Cultura "Ñico Lora, cuya denominación fue por iniciativa del Grupo de Pastoral Juvenil; Tito Bueno tuvo la prerrogativa de entregar formalmente, a la UNESUNA la recién inaugurada Biblioteca Municipal (!976) para que fuese dicha entidad la que se encargara de dirigir, suplir y administrar, medida que luego en agosto del 1978 fue revocada a la fuerza y con amenazas innecesarias por parte del sindico electo del PRD, señor Elvido Mena, hecho que se produjo mediante esta histórica frase lapidaria: "Compañeritos, entréguenme las llaves de la biblioteca, de lo contrario los tranco y voto las llaves, si señor".

Recuerdo que cuando asumió la sindicatura adornado su espíritu Catorcista por una fogosidad patriótica única e iluminado por la convicción de que navegaba por encima de las crestas de la historia, jamás vaciló un solo instante ni dejo de asistir al ayuntamiento por flojedades, falta de voluntad, asedio de pedigüeños, reclamos de los pobladores, etc., etc., esas nunca fueron excusas para Tito ausentarse un solo día de sus responsabilidades como sindico, que fue capaz de asumir como suya la mas simple e inverosímil de la tareas de un cabildo típico de una Aldea en ciernes que, cual Don divino cayó bajo las riendas de un navarretense de su gallardía, fantástica vocación de servicio y experiencias probadas. Cuán distante y distinto fue la administración de Tito ante estas últimas dos continuidades de gestión municipal cuyo cuadro alienado, esquizofrénico y frenético ha sacudido de un extremo al otro a la sociedad navarretense sin que un sólo santo de sus altares haya caído para beneplácito de los que rechazaremos siempre a las personas que han hecho de la política el mas inescrupuloso de los negocios de vagos, demagogas, corruptos y sinvergüenzas de toda talla y calaña, ambiente que nunca fue el escenario de la sindicatura de 1974-1978.


Su impecable gestión municipal fue una esperanza hecha realidad, una misión que rebosó la expectación de los navarretenses, cuyos frutos se proyectan en el tiempo y el espacio imperecederos, y que sobrevoló como ave profética al presentir los malos augurios que sobre la antigua Aldea caerían como consecuencia de que, quienes le sustituirían no estaban dotados de la capacidad y el talento de su predecesor, quienes con sus acciones no han hecho mas que ahondar en sus demostradas limitaciones y carencia de inteligencias, responsabilidades y visión de progreso. !Pasaron y sólo tenebrosas manchas enseña el envoltorio de su conciencia portador de mal olientes traspiés a cuestas!


La noche del 15 de junio 2009, ocasión en que los moradores de Mejía le rindieron merecidísimo homenaje a Tito, por haber construido el "Parquecito Corazón" -el primer parque del municipio-, percibí, en el brillo de sus ojos, que sintió le erguía un olvidado orgullo, y con una rápida rotación de la cabeza espantó la lágrima que estuvo a punto de asomarse en su dilatada pupila calmada por la presencia de un significativo grueso de mejieros que jamás "le muerden un dedo a quien les da la mano".


La ingratitud duele, es hija menor del olvido, ella es la partera del egoísmo inhumano salvaje y brutal que acompaña a los pueblos con escasa tradición, apego a sus valores y respeto a sus pro-hombres. Sin darse cuenta, supo que el olvido es una forma atenuada de morir permaneciendo vivo, por eso al igual que él sentí el peso angustioso de su silencioso dolor cuando remarcó que en toda su vida había sido ese el único reconocimiento recibido como ex-sindico.
A Tito, le respondería que no es así, pues ya en Abril de 1979 la Unión de Estudiantes Universitarios de Navarrete -UNESUNA- había reconocido, mediante una respetable distinción a la gestión del "Munícipe Distinguido del Período 1974-1978", efectuada en el local del Club Recreativo "Navarrete"; también no recordar ese momento podría ser causa del mismo pesar en otros por la misma dosis de inoportuno lapsus de olvido sobre un hecho ocurrido 30 años antes. !!Turbadas y revueltas, las aborrecidas tramas de la historia que parecen incomprensibles, porque en el escapulario de la lucha sólo importan las cuentas de las traiciones, olvidos y desengaños!!
A treinta dos y años del acontecimiento, envejecidos sin remedio, en estas calles de mortajas ardientes, donde sestea el chirrido de batallas perdidas por unos utópicos y dignos pendejos, batallas ganadas por combatientes populares sin ambiciones ni buscadores de trofeos, y navegando en medio de las grises ráfagas que se hospedaron en las dobleces de la defunción en vida que acompañó a los gobiernos municipales desde la salida de Tito Bueno a la fecha de hoy día, gobiernos posteriores que han navegado cual velero en mar caribe revuelto y brutal en plena temporada ciclónica, donde nadie duda que hayan terminado en el fondo del mar como las antiguas goletas de piratas ingleses y navíos españoles cargados de oro y maderas preciosas o embelesándose en el ensombrecer de su infeliz memoria que siempre estarán ausente de admiración y respeto colectivo de la historia contemporánea de los Navarretenses.


Como Navarretense no quiero que estas expresiones pudiesen ser vistas para guardar las apariencias bajo frases triviales de gallardía que suenen políticamente falsas. No, nuestra reflexión lleva muchos años de cabalgar en el latido de nuestro diario vivir. Se que si las lluvias enmarañadas y encrespadas al interior de la historia sincrónica vivida, por los hijos de Navarrete, se remansan como deben, pudiera darse el verdadero resurgir digno y levantisco que nos he característico como pueblo colocado en el obligado trayecto liniero y de la Costa del Atlántico.

Ni las puertas del ayuntamiento ni las de su casa estuvieron NUNCA bajo la vigilancia de odiosos espalderos ni policías apostados para impedir que algún ciudadano tuviese acceso a él en su calidad de sindico o de alto dirigente del Grupo de los 100 que tenia acceso directo al Dr. Balaguer en la plenitud del gobierno de los 12 años, tan distinto y distante a la gestión 2002-2010 que se caracterizó por implantar una tragedia histórica municipal dirigida, políticamente, por una déspota histriónica artificiosa, con alma y conciencia de simuladora sin reparos de un pueblo recio y decidido que fue deshonrado por una advenediza cuando perdió la suspicacia ante los corruptos impunes, donde prácticamente ha habido una guerra calculada y sucia por mas de una década, que por las manipulaciones que tuvo de esa sórdida y cínica fémina, por cuyas groseras patrañas murieron decenas de jóvenes en condiciones condenable, execrable, aborrecible... que no describo porque siento nauseas al recordarlo y se que también podría provocar idéntica reacción al lector; les cuento que aquí no hubo prisioneros políticos, -no era necesario-, pues los jóvenes desaparecidos eran acusados y calumniados antes de ser perseguidos o arrestados bajo fuego y sus cadáveres eran recogidos por los uniformados con formal vocación de sicarios o matones y ni los familiares podían acudir a honrar sus restos bajo el riesgo de muerte.

Cuando el fantasma de fanatismo político deje de ser la guía para la acción pública y privada de los ciudadanos, el trabajo que contribuyó a crear las bases para transformar una Aldea en ciudad forma y configuración, es decir, con una vida morfológica única y excepcional les corresponderá ese gran mérito, por justicia, al señor Tito Bueno, ex-sindico municipal de Navarrete. Sin que con ello neguemos el significativo aporte realizado por los pobladores en general y las organizaciones en particular al empuje como demandas sociales y reivindicativas para que, esta y no otra, sea la historia, no engañifas patrañas como las que se suele hacer en el presente con las millonarias fortunas que maneja la sindicatura de Navarrete desde el año 2000 basado en la nueva ley que le otorga el 10% del Presupuesto Nacional a estos organismos municipales.

Hoy que el mundillo de Navarrete -idéntico al país- esta lánguido, por la tribulación de la ambición desmedida de algunos funcionarios del sector público y privado cómplices de la corrupción galopante, cuya existencia debe ser desgraciada, ya que los azarosos tormentos y funestas torturas de privaciones a que han sometido a sus semejantes, al dar riendas sueltas a sus carencias materiales en desmedro de las espirituales será su culpa eterna, unos se arrojarán donde nadie los conoce al dispendio de sus fortunas mal habidas, otros no soportarán la falta de la vida que acariciaban a coste del pueblo y recurrirán a ocultarse de sus semejantes en sus madrigueras urbanas, pero de su conciencia desgarrada !jamás!, hechos que de ningún modo ha sido ni será la situación de Tito como ex funcionario municipal, cuya vida fluye sin un solo sobresalto ni temor ni miedo, aferrado a su entorno familiar y laboral.

La solidaridad es un valor que sella, rocía y contagia el camino con un indestructible pigmento cual "pedazo de alma que se arranca sin piedad", ni misericordia ni clemencia como practicarla desde el poder sin petulancia, sin engreimiento, sin soberbias, sin malquerencias, sin arrogancia, sin iras, como es hoy. Esa fue la grandeza de Tito Bueno en su calidad insuperable de sindico que hizo historia por haber sido un desarrollista visionario identificado a plenitud con el palpitar social y los reclamos de su pueblo al que acompañó con la imperturbable tolerancia que le caracteriza a este navarretense autentico.

Tito actúo siempre con un tranquilizador afán prendido en el pecho que le llenaba de sueños que día a día iba ejecutando cual diestro tallista puliendo materia y dándole forma. Supo darse las manos con su pueblo desde su postura en el MR-1j4, que nunca ha dejado ser, hasta el recoveco de la última estación política en la que ejerció verdadero y autentico liderazgo al que desestimó ponerle alas y echarlo andar mas allá de este entorno provincial para beneficio de las nuevas generaciones, pero se impidió así mismo y a quienes confiábamos en su creativa idoneidad desarrollista condescendiente. Se abstuvo de hacer andar su figura e imagen políticas mas alto por modestias, carencia de vanidosas ambiciones de Poder y la característica de su personalidad metódica, fría y que no se presta a presunciones ni caprichos ni confabulaciones ni conciliábulos ni acuerdos de aposentos que iban en detrimento de la sociedad de sus ardores y empeños.
La complicidad de los fulgurantes rayos de luz que emanaban de sus radiantes pupilas al crisparse hacían danzar sus ojos al compás de la sonrisa instantánea que se extendían cuando contraía los desafíos de nuevos proyectos para engalanar y componer la polvorienta Aldea donde todo estaba por hacerse y que le correspondió contribuir a sentar las bases para transformar en Ciudad, hasta parir nuevos propósitos que innovaba a cada instante, cual alquimista fascinante en el laboratorio de la vida, idéntico a un Soplo de Dios en medio de un caserío semi urbano de inundados y barrosos trillos, guazábaras de aguijones voladoras con el Sol de meridiano e infinitas carencias acumuladas por los olvidos oficiales que corrigió con realizaciones tangibles e inequívocas, es decir, incuestionables, innegables, matemáticamente irrefutables, axiomático, cierto, evidente y probado como Auténtico sembrador de los cimientos desarrollistas de la actual urbe Navarretense.
FIFE TORIBIO

Una leyenda matrona de varias generaciones de navarretenses "jolibuseros[1]"
Los Soplos de dios No. 28


Por : Dionny Cabrera Pérez

FIFE TORIBIO llegó a esta Aldea en la década de lutos perpetuos en la sociedad dominicana. Asesinatos físicos y morales y otras formas de violencia colectiva patrocinadas desde el Estado personalista con diversas magnitudes, intencionalidades y secuelas que han ensangrentado la geografía nacional sin encontrar, a la fecha, justicia verdadera.

En efecto, en esa época, las torturas y desapariciones forzadas -a los adversarios al naciente régimen dictatorial-, produjeron el desplazamiento y desarraigo de pobladores de muchas comarcas; la destrucción e incluso liquidación de núcleos familiares, la destrucción de entidades diversas, y otras formas de acción colectiva; y hasta la muerte de diferentes causas indirectas -incluso por causas emocionales, la "pena moral"-, de numerosos sobrevivientes y sus familiares, de las que la dictadura no dejaba huellas ante la arbitrariedad criminal del poder.

Fife Toribio, es originaria de Macorís del Limón, Villa González. Emigró a estas polvorientas tierras de Navarrete siendo apenas una adolescente, cargada de ilusiones, sueños y esperanzas justo en el instante del auge de la dictadura de Trujillo, afiló su espíritu emprendedor, preparó su maleta y otros ajuares en su viaje sin retorno rumbo a estas tierras durante la tragedia del río humano que tiño de sangre el masacre con el exterminio mas de 30 mil haitianos; Aun, la respuesta de la sociedad toda no ha sido tanto el estupor o el rechazo, si no la rutinización y el desnudo olvido.

En el plano socio político, dicha masacre cumplió los múltiples objetivos de los perpetradores: Bloqueo de la estrategia conspiradora en la Región y el país; neutralización de la potencial acción colectiva de los adversarios políticos e instauración de un verdadero contrapoder abusivo que aun vive hoy día, "en un país con colmillos, donde la democracia tiene enroscada en el corazón una serpiente de cascabel[2]".

Hoy, cuando me enteré del fallecimiento de esa leyenda, esa matrona, esa verdadera majestad de varias generaciones de navarretenses, sentí un fuerte palpitar en el interior de mi alma, vi por un instante su alborozado rostro, sus cejas delineadas...su cabeza cubierta por su blonda ... recordé sus espontáneas y fluidas lagrimas que ante cualquier detalle afectuoso hacia ella brotaban del alma a través de sus redondas pupilas ... percibí sus piernas guarnecidas por sus perdurables largas medias, contemplé la inmortal sonrisa juvenil que siempre nos dispensó a todos y cada uno de sus hijos adoptivos, que fuimos los de mi generación, anteriores y posteriores, a la mía... pensé que sin duda era imposible compartir ese tesoro espiritual que disfrutamos y hacer entender la admiración, el respeto y el entusiasmo que sentíamos muchos navarretenses hacia nuestra "Tía Fife", como siempre le dijeron y nos enseñaron a decirle sus mas cercanos sobrinos, los hijos de Aminta, su hermana. Su muerte me conmovió mucho

La vida de FIFE es lo mas parecido a una sobresaliente crónica de leyenda de un mundo en declive que esta detrás de la melancolía que siempre percibí en lo recóndito de su personalidad. Fife, era un ser libre sin ataduras, asequible, tocable, agradable, inofensiva, tan cercana a cada uno de nosotros, como nuestra piel; cuyo reproche era buscarle el lado amable a las dificultades de la muchachada,; su falda y brazos fueron nuestros compinche y refugio al evitar una "pela", que siempre congenió con todos con la misma compasión de madre por instinto y natural vocación; que nuestra ilusión de encontrarnos con ella, por sólo unos instantes de nuestras vidas, para recibir su apretón de pecho, de abrazos, sabiendo que podíamos tocarla o que sus ojos nos concedieran infinidad de segundos de profundo reconocimiento a través de la ternura de su mirada, era lo menos que recibíamos de ese ser de encantos, fascinaciones y creadora de fantasía juveniles ya idas, que llenaban de vida y esperanza nuestros corazones.

Como la determinación amorosa que un buen hijo busca en el cobijo de su madre era la actitud de todos los niños, jóvenes, adolescentes y adultos fue siempre nuestra actitud frente a Fife, que sin haber gozado del privilegio de ser madre, Dios le concedió el Don de poseer el alma de infinidad de madres juntas ya que ella encontró felicidad a plenitud en la crianza de sus hijos adoptivos, lo que otras encontraron en el matrimonio y el alumbramiento. Para ella todos éramos sus hijos preferidos, a todos nos brindaba el mismo amor, afecto y una ternura con la que era capaz de acariciarnos.

En la vida cotidiana de Fife también se entrecruzan historias de amor, saliendo ganadora el Amor de Madre Generosa. Su vida describe a una Aldea a partir de las perspectivas de unos personajes de una película de la vida real que sin dejar de ser universales luchan por no perder su identidad ni la manera de ser, defender sus valores y su arraigada cultura campesina. También con ella se retrataba y deslizaba una tradición culinaria a punto de desaparecer: "los chulitos", y a un personaje que teme al cambio de su estilo de vida y de la estabilidad de su entorno familiar debido a las transformaciones que suceden en el mundo que va dejando atrás resistiéndolo.

FIFE sabe escapar airosa del melodrama, del falso lagrimeo populista de los demagogos políticos y de las discusiones de aposento para mostrar los teatrales conflictos y contradicciones de sus personajes dentro de un "guión de la vida real" que sobresale por la precisión de sus "diálogos", la sutileza de los silencios adulones, la espontaneidad gestual, de una esmerada "directora" viviente y efectiva que refuerzan la agilidad irrepetible de la historia de nuestra matrona "jolibusera".

La vida de Fife, cuyos principios y valores culturales heredados de sus antepasados, los visualizo como un homenaje al inesperado cambio que a la larga afecta al ser humano en períodos de transición histórica poco perceptibles. Y demuestra que esos cambios no sólo son inevitables sino necesarios porque incorporan nuevos valores que enriquecen éstos y las tradiciones para que puedan seguir de generación en generación.

Aun, al lector que no sea de mi generación le parezca pura retórica y que estamos frente a una ficticia aventura cuasi fílmico-vivencial que no sólo entraña la transición multigeneracional sino también la evolución de la manera de enfrentar los sentimientos personales e íntimos frente a las distintas circunstancias de una nueva forma de ver y entender el crecimiento emocional, espiritual, la felicidad, el amor y otras categorías que dependen del espíritu humano, llena de cimientos que, en Fife Toribio dan vida y significado a la remembranza histórica de nuestro pueblo.

Sin embargo, como paradoja del destino, unos segundos más, unos menos y un ruido de unas llantas chillando sobre el pavimento cambiaron el sentido y costumbre de su vida, rompieron el silencio que había creado la mágica expectativa del paso de su majestad Fife desde su casa a la acera del frente, su cuerpo, sus envejecidos y extenuados huesos caían vencidos al lento pero fulminante impacto de dos toneladas de hierro y hojalatas sobre cuatro ruedas que, cual bestia le fue encima sin proponérselo, sin piedad ni compasión, postrándola desde ese instante a permanecer entre la brega al caminar y la fastidiada estancia sobre una silla de ruedas que no pensó se convertiría en su compañía de infortunios por el resto de sus días con vida.

Una mujer de mirada franca, nacida en el macizo de la cordillera septentrional, ingenua y entusiasta, llenó de aprecios, de enorme sensatez, laboriosidad y amistad a todos, ha muerto, me ha cambiado el ánimo, me ha remitido al pasado, y he rescatado de ahí la imagen de la mujer siempre a punto de un abrazo o de un buen consejo. Dejó de estar con nosotros, perdida su memoria absoluta, desde hacia tiempo, y ya esa fue una dolorosa despedida.

FIFE quiero honrarte también, porque conocí y admiré tus urgente y necesario accionar como ejemplo de ciudadana íntegramente laboriosa, autosostenible, cual organismo autotrófico en este bullicio de olvidos, deslealtades, banalidades, indolencias e injusticias institucionalizadas, por lo que en la inmensidad del vacío que consiente en tu partida, dejaré colocada una flor en tu memoria con el empeñó de continuar mereciendo haber sido uno de tus hijos y mi única Majestad Aldeana sin séquito de claque por conveniencias.

Mujer de carácter apacible, solidaria, generosa, humanista, pero de recia personalidad. Mantuvo una amistad inquebrantable desde su niñez con la negra tamborera, su leal amiga: Vitalina Hinojosa, a quien cuidó hasta su muerte. Su casa fue siempre hospedaje de familiares, amigos, emigrantes e inclusive, transeúntes. Siempre trato a los demás sin malas caras, desbordando cariño y ternura. Al momento en que sus hijos adoptivos se marcharon, otros ocupamos sus puestos para acompañarla en el silencio de cada noche sucesoral.

Con FIFE la sociedad navarretense acaba de perder a una matrona de varias generaciones de "jolibuseros", a una de sus integrantes más agradables, conspicua y canera por excelencia. Ella fue nuestra máxima representación cuando con el desarrollo y crecimiento demográfico y morfológico de este polvoriento terruño, a nuestro "sector" -desde la Santa Ana hasta donde se encuentra hoy el hospital viejo-, en la década de los '50 le llamaron: "Hollywood" durante un largo período tiempo y a sus habitantes le aplicaron el criollo gentilicio de: "jolibuseros". Razones. Las ignoro.

Porque como dijo Cicerón "La vida de los muertos está en la memoria de los vivos". Fife tuvo una "...una dulce muerte", como dijera da Vinci.

Tengo la sensación de que en cada muerte se reviven todas las anteriores, llorar por todos tus muertos. Además, veo como poco a poco van "desapareciendo" mis mayores, mis conexiones al pasado, a la infancia. Es ley de vida pero no por ello deja de ser duro. Y también me hace ver más cerca la enfermedad y la muerte, algo que cuando eres joven ni te planteas. Me hace enfrentarme al deterioro del cuerpo, a la pérdida de vitalidad, que cada vez viviré más en primera persona, y que cuesta asumir con naturalidad.

Creo que en la vida no hay apenas certezas, salvo la de que igual que nacemos, un día moriremos, "nuestro paso por la vida tiene fecha de caducidad[3]". Y si esto es así ¿por qué tenemos una relación tan mala con el dolor y la muerte? Esta claro que nadie quiere sufrir (todos funcionamos con la máxima de “buscar el placer y evitar el dolor”) y que pensar en la muerte asusta porque no sabemos qué nos espera (aunque en esto quienes tienen fe llevan ventaja).

Pero no quiero acabar en un tono pesimista porque "la muerte es la otra cara de la vida". Y creo que Tía Fife, una leyenda matrona de varias generaciones de navarretenses "jolibuseros", ha tenido una vida muy plena, intensa y con sentido a pesar de las dificultades, cual Soplo de Dios. ¡Ha sido una suerte haberte conocido, tratado y haber sido uno de tus tantos hijos adoptivos! y si alguna vez halló los sueños que escondían sus ilusiones y sus esperanzas, no lo supe !jamás!

El enigmático secreto de las empanadas de Pun Pun

El enigmático secreto de las empanadas de Pun Pun
LOS SOPLOS DE DIOS No. 25

Por : Dionny Cabrera Pérez


Si a usted como navarretense, con mayoría de edad, alguien le preguntara: ¿Quién es el señor EPIFANIO COLLADO CAMPOS? Estoy seguro que jamás podría decir que le conoce, estoy seguro que su contundente respuesta sería: No le conozco o no sé quien es. Pero si en cambio le dijeran: ¿Quién es Pun pun? Automáticamente respondería: el señor que vende las mejores empanada del mundo.

Pun pun hombre tacaño de palabras, siempre vestido de ternura, de caminar sin pisar el suelo, ágil y cálido como el viento caribeño que nos regalan las impetuosas olas marina desde su distante y constante golpear costero en media isla poblada de políticos ñames que viven cual bichos del Presupuesto Nacional y una manada de pretendidos comunicadores inconcientes de ser puro boniato.

Pun pun y la señora Nidia de Collado, su esposa, oriundos de las llanas tierras septentrionales del Diego de Ocampo, Palmarejo, Villa González llegaron a esta consignataria e imantada Aldea de Navarrete en las postrimerías de los años '50, durante la década agónica de la dictadura de Trujillo y adquirieron un solar en la periferia de la Aldea, al fondo a la izquierda, en lo que hoy es la 16 de agosto, en el que construyeron su casa, establecieron su familia donde les correspondió vivir el resto de su estadía en este pueblo, levantando allí su larga prole y su medio de trabajo, su casa-taller de toda una vida.

Hombre simple, de vida sencilla, sin complicaciones, que puso todo su empeño en el quehacer de su trabajo y la guía de sus hijos a su imagen y aproximación. A quien -sin ser egoísta-, jamás le importó la falta de oportunidades, en el régimen de distribución de los privilegios de la Aldea; él creó su oportunidad al unir su fructífera vida a su compañera esposa Nidia y mas cuando erigieron su casa-taller que les garantizó la distinción de asumir la vida por el camino que ellos mismos se trazaron, sin ataduras ni mandarines, ni amos, con lo que rindieron tributo y cantaron las verdades de una pareja que supo enfrentar la arrogancia y la insolencia de los políticos corruptos que adornan nuestro escenario sin mirar las vidas que podrían arruinar con su accionar, aquellos que gozan el caudillaje efímero y que luego serán tratados con merecidos ingratos recuerdos colectivos .

En su humilde hogar convertido en una casa-taller y con la laboriosa colaboración de su companera e hijos, Pun Pun durante mas de medio siglo elaboró -bajo el mas enigmático secreto la fórmula de un producto distintivo y único en el país-, unas calientitas y exquisitas empanadas elaboradas usando la yuca como materia prima, estas empanadas venían rellenas de carne molida con papa y otras añadiduras, que desde que salían de la ardiente paila para ser colocadas en la bandeja y luego al inconfundible recipiente de cartón en la que Pun Pun las distribuía, estaban condenadas a no regresar luego del corto y calculado recorrido que habitualmente éste realiza hacia los diferentes lugares de la Aldea donde no necesitaba promover su producto, bastaba su presencia para saber lo que traía en su proverbial caja de cartón. A quien grandes y chicos reclamaban: !Déme un par! Era difícil conformarse con una.

El sobrenombre de Pun pun es una estampa de las representaciones pictóricas que los navarretenses la asociamos de inmediato al rico olor y tibio sabor: las empanadas, cuya marca se llamaba Pun Pun, ya que era algo delicioso, apetitoso, agradable, que sentimos muy nuestro, como una partecita de nuestra identidad sociocultural y que su productora y distribuidor concibieron siempre, bajo el mas enigmático secreto personal. Por cuya culpa el olfato del público y transeúntes era asaltado de manera constante y con clamores ante el asomo de la estela del olor que dejaba a su paso el agradable producto, que únicamente se distribuía en las mañanas.

Es y ha sido un hecho a destacar y encumbrar -frente a las conductas desvergonzada de los funcionarios de la administración pública local-, que Pun Pun levantó con los dignos y transparentes ingresos de su infatigable trabajo una numerosa familia. Esta introvertida pareja, durante su estancia entre los vivientes, no le hizo daño a nadie y estuvieron una vida anónima, fueron almas gemelas que nadie pudo endilgarle un hecho incorrecto o referirse a ellos en forma negativa pues sus vidas estuvieron dedicada a su trabajo y a su familia, eso si, persistentemente existió un fisgoneo cual hormiguero de inquietas interrogaciones para descubrir la receta y la culinaria ceremonia con la que su mística esposa, conquistaba y cosechaba tan rico producto final hijo del arraigo a las tradiciones culturales de sus ancestros, cual Soplo de Dios, enigmático secreto que inexplicablemente llevaron a la tumba.

martes, 26 de mayo de 2009

Los Soplos de Dios
Dionny Cabrera Pérez
Los profesores de mi generación

Paradigmas de la pedagogía de apasionada vocación

Los rotativos y noticiarios nacionales nada dicen de la vida silenciosa de millones de hombres y mujeres sin historia que a todas horas del día y en todos los pueblos de la nación se levantan a una orden del sol, de su reloj o sencillamente despiertan como de costumbre y van a sus campos, lugares o puestos de trabajo a proseguir la sombría y silenciosa labor cotidiana y eterna, esa labor que echa las bases sobre las que se alzan los "islotes de la Historia". Unos de esos hombres y mujeres a los que la prensa nacional nunca dedicó una sola línea es al cuerpo de profesores que esculpieron los primeros bachilleres egresados del Liceo Pedro María Espaillat del Municipio de Navarrete. Hoy rescatamos de ese olvido a nuestros queridos profesores para desatar la pequeña gran historia de los hombres y mujeres anónimos que también tienen su relevancia para quienes procuramos el "Rescate de Nuestra Memoria Histórica" en pos de que esta reminiscencia extraída del olvido llegue, conmueva y provoque reacciones.
Los estudiantes Navarretenses vivimos un tiempo en que lo primero que se hacía en las escuelas y el liceo era izar la bandera, rezar y cantar himnos patrióticos. Era una época de profusa miseria, escasez alimentaria y estrecheces económicas, en la que maestros y alumnos pasaban mucho frío en nuestro tropical invierno, nos asábamos de calor cuando llegaba el verano y teníamos que soportar las torrenciales lluvias de mayo por la imprevisión meteorológica...
Era la escuela que durante el balaguerismo-trujillista instruía y adoctrinaba según las directrices del régimen surgido entre interventores botas en pies y eclesiásticos doblegados por su avaricia. Eran aulas donde se formaba a 35 ó 60 alumnos, de cuya instrucción se encargaba un sólo maestro. El material escolar era escaso: a base de cartillas para aprender a leer, libros y enciclopedias donadas por la llamada Alianza para el Progreso de USA, que servían para todas las materias y una mascota y un lápiz de grafito para los ejercicios.
Para comprender cómo era la realidad educativa en Navarrete y el país a lo largo de mas de cinco décadas pasadas habría que adentrarse en una larga y tediosa exposición y ese no es el fin de este soplo evocador, si no describir nuestras vivencias como alumno con los maestros de varias generaciones de Navarretenses en el liceo Pedro María Espaillat.
He podido constatar, durante mi trayectoria de estudiante, que sólo los seres nacidos con un cierto don, con un designio o una gracia especial e ineludible -y no estoy hablando propiamente de un don intelectual-, si no de una relación interior con los niños y adolescentes, podían ser buenos maestros. Y muchos presuntos docentes son, en cierto modo, prisioneros de la escuela como "fuente de empleo", se sienten desgraciados en ella pero no pueden salir de allí, morirían de un infinito ayuno cuaresmal; habría que hacer un puente de plata a estas personas, que no son peores que otras comunes y corrientes, para que se puedan ir; y entonces, para que la educación dé el salto gigante que hoy requiere, vendrán a reemplazarlos jóvenes entre los cuales habrá pedagogos natos, sin la muleta partidaria como tarjeta de presentación.
A mi, como a muchos de mi generación, nos toco la dicha de ser alumnos de profesores de la talla irrepetible de Napoleón Reyes, Luz Ester Vargas, Betania Barranco, Nicolás Faña, Aura Morel... fueron maestros dotados de una actitud coherente ante sus alumnos pues conocían y dominaban su materia extremadamente bien, lo que implica un sentido agudo de la historia y de los problemas que se ha planteado y se plantea la enseñanza que impartían.
Como estudiante de una época y, como muchos de mi generación, disfrutamos la dicha de ser alumnos de profesores de la calidad incontrovertible de Rafael -Fello- Barranco, Pedro Núñez, Fiordaliza Abreu, Rafelito Guadalamar, Yolanda Binet... docentes instruidos, académicos con formación y pensadores, que se centraban en el proceso enseñanza-aprendizaje, tanto en el suyo como en el de sus estudiantes, lo que suponía que esperaban siempre "más" de sus alumnos.
A mi, al igual que a muchos de mi tiempo en el LPME, fuimos favorecidos al ser alumnos de profesores de la estatura pedagógica de Agustín Guzmán, Rosita López, Pedro Núñez, Rafael Zapata, Vargas Genao, Rafael Balbuena... que favorecían la forma de razonar y actuar que se espera en la vida diaria, lo que lleva consigo enfrentar a los alumnos con problemas importantes, con tareas auténticas que les plantean desafíos, a sabiendas de que van a contar con la ayuda necesaria. Docentes que animaban permanentemente a la cooperación, a la colaboración, al diálogo, al intercambio y al compromiso con la clase y con el aprendizaje.
A quienes fueron agraciados por ser alumnos de profesores de la notoriedad de Carmen Bejarán, Norma Reyes, Nani López, Miladis Cabrera, Adriano Cabrera, Pedrito Bisonó... generaciones de profesores que diseñaban tareas y objetivos de aprendizaje para promover la confianza en los estudiantes e infundirles ánimo, proporcionándoles desafíos, lo que representaba una gran confianza en estos, además se referían permanentemente al valor de una educación integral en comparación con otra fragmentada en asignaturas sueltas.
Los jóvenes que fueron afortunados al ser alumnos de profesores de la reputación de Marisela Duran, Inmaculada Cabrera, Valoí Mercado, Miguel Ángel -Guelo- Guzmán... deben estar concientes que ese parto de profesores que siempre consideraban la instrucción como un trabajo vocacional, creativo, serio e importante, como un empeño que se beneficia de la observación cuidadosa y el análisis minucioso, de la revisión y de diálogos con colegas, sus alumnos y críticas de iguales. Hablaban de enseñar a comprender, aplicar, analizar, sintetizar y evaluar certezas. Tenían un fuerte sentido de compromiso porque la comunidad estudiantil superara cada nivel.
La concepción del don o gracia especial suele tomar diversas formas y grados como carisma personal, calidad pedagógica o capacidad relacional. Este planteamiento, que aflora en muchas conversaciones entre académicos, docentes y hasta pulidos incultos, da por hecho que esta cualidad se posee o no se posee y que, en consecuencia, hay algunas personas que sirven para la docencia y hay otras que no. En nuestra época estudiantil podríamos afirmar sin ser alabarderos ni claque de nadie, que fuimos una generación muy agraciada y debemos alzar nuestras laureadas voces a los cuatros vientos izando en lo mas alto de nuestros firmamentos la orgullosa bandera de la calidad pedagógica, el carisma personal, la capacidad de entregarse y la ardorosa alegría de enseñar que siempre nos demostraron estos fascinantes catedráticos escultores de altos vuelos.
Pedagogos que trabajaban por vocación, sin salarios atractivos ni material didáctico adecuado, en recintos inadecuados, inclusive muchos de ellos viajaban diariamente desde la ciudad de Santiago, con Roque Méndez -como los casos de Balbuena, Inmaculada, Miladis y Agustín-, profesores que carecían de un gremio que los defendiera, no había un seguro de salud como hoy, sin embargo, esas privaciones salían sobrando porque lo que les animaba era su irrefutable vocación rebosante de regocijo y agrado con que asumían su abnegada entrega, siempre nos insistían en la necesidad de fortalecer los valores cívicos, éticos y morales porque “hay una pérdida de valores generalizada en la sociedad dominicana" nos apuntaban.
Creo que el entusiasmo tiene mucho más que ver con los proyectos personales que con las condiciones materiales de existencia. Afortunadamente, aquel que se considera docente no basa su optimismo en los apoyos o en las trabas que recibe. Simplemente, asume su proyecto personal y lo lleva a cabo lo mejor que puede…
Recuerdo que el profesor Zorrilla nos daba Lógica, en cuarto de matemáticas, cuando esa asignatura no estaba en el Plan de Clases Oficial, no obstante, nos fue de grandiosa y excelente utilidad cuando llegamos a la universidades pues el haberla recibido como materia colocó a los alumnos egresados del Liceo Pedro María Espaillat de Navarrete en una situación de Nivel Superior frente a estudiantes de secundaria de otros pueblos de la región y el país que desconocían la existencia y contenidos de asignaturas que requerían el conocimiento de la referida materia. Esto parece una mala noticia, pero creo que también nos permite suponer que mientras existan personas capaces de asumir los con acciones los desafíos –como la de Zorrilla-, habrá buenos docentes y mejores egresados.
¿Que pasaría, si ahora echáramos la culpa de toda esta mala educación en que están sumida en esta sociedad los profesores? Los estudiantes de magisterio salen de la universidad con ganas de enseñar y de iniciarse en su profesión, pero es muy desagradable encontrarte alumnos con pésima educación familiar que no tienen ninguna motivación por aprender, algunos de cuyos padres los envían a la escuela para salir de ellos. Todo esto, arraigado a un mal comportamiento que hace que los profesores pierdan sus estribos y pongan a prueba todo tipo de técnicas (desde las mas pedagógicas a las menos) con tal de "controlar la clase". Todos sabemos como debería ser un buen profesor y ciertamente muchos de nosotros lo hemos vivido, ¿pero dónde esta el decálogo sobre lo que debería ser un buen grupo de alumnos?. Seamos justos... no le echemos toda la culpa a los profesores de hoy.
Sin embargo, esta distinción en nuestros días es todavía más apremiante en la formación orientada a la educación secundaria, donde predominan los "licenciados" cual verdolaga en los campos, que se acercan a la docencia sin verdadera vocación cuando encuentran que el mercado laboral no necesita tantos abogados, biólogos, filólogos o sicólogos. Imperceptible problema: jóvenes sin vocación docente que tampoco poseen el citado don pedagógico
Hay que destacar, como mérito de nuestros profesores, la afluencia de las dos primeras generaciones de bachilleres egresados del LPME de Navarrete en 1970-74, 1971-75 pues fue un hecho de impacto imposible de acallarse, pasar inadvertido o ser ignorado entre profesores y estudiantes en los recintos universitarios -UCAMAIMA-UASD. Su presencia en las aulas universitarias marcó un nivel, irradió un magnetismo generador de una influencia que resplandeció cual áurea en torno a los alumnos Navarretenses. Constituyéndose en modelos, muy a pesar de que estos titulados procedían de un pueblo pequeño y un liceo público, frente a otros oriundos de "ciudades" con nombre y egresados de colegios de las élites del Cibao y el país.
Fue así como los primeros dos grupos de jóvenes bachilleres egresados del LPME se alzaron con los mas altos índices académicos de ucamaima y los de la UASD fueron exonerados de los exámenes finales de asignaturas como química, biología, matemáticas o Lengua Española, en el Colegio Universitario. Proeza alcanzada como lógica consecuencia de esa calidad de profesores que cincel en labios y martillo en mano dibujaron y tallaron un producto de primera calidad que enviaron a un competitivo mercado seguros de su idoneidad.
Podría afirmar treinta años después, como ejemplos que, las consagradas profesoras Carmen Bejarán, Norma Reyes, Iluminada Cabrera, Yolanda Binet, Rosa H. López, Luz Ester Vargas, Fiordaliza Abreu, Marisela Durán, Nani López... estaban poseídas de lo que la pedagogía moderna ha dado por llamar el "tacto pedagógico", que no es un discurso bondadoso al margen del mundo real. Fue un singular paradigma imborrable de relación pedagógica -profesor-estudiante-comunidad-, que observamos retropestivamente, pues ellas promovían con su encantadora y graciosa acción en el aula, con todos sus alumnos la receptividad, eran sensibles a nuestras subjetividades, procuraban una influencia sutil, inteligente, siempre nos mostraban seguridad ante nuestras dudas y dificultades, nos protegían como alumnos indefensos y anhelosos de conocer su alegría de enseñar. Su tacto pedagógico se extendía hasta la consulta familiar -al observar decaimientos en un alumno-, razón por lo que ese estilo de trabajo en el aula podría ser considerada como la sensibilidad pedagógica que deberían adoptar los docentes natos de hoy.
Por ser poseedores de esa alegría de enseñar, de esa pedagogía de entusiasta vocación hoy, muchos de estos excelentes académicos que forjaron a varias generaciones de estudiantes encontraron por sí mismos la estación auténtica que los llevó al recinto donde no se peca de ignorancia en el cual aciertan realizando una excelente labor como catedráticos contribuyendo a esculpir nuevos profesionales en diferentes áreas del saber. Otros han permanecido incólumes apegados como hiedras a su LPME y las nuevas generaciones de bachilleres que les ha tocado pulir cual duro mármol en medio de las novedades que le obsequia la realidad social de hoy.
Es asombroso y lo que me agrada es saber de buena tinta que todavía queden profesores entusiastas, comprometidos y dotados de tacto y sensibilidad pedagógicas, se que los hay, para que mañana pudieran ser considerados auténticos docentes, brillantes académicos, como valoración de sus alumnos removidos.
Lo que encontramos en el cielo inequívoco de estos espejos de la pedagogía de apasionada inspiración, es un firmamento henchido de hermosas obstinaciones tan escarpadas como acantilados golpeados por la seducción gravitatoria, una elección moral de apego reverente al ejercicio de un don legado a generaciones agradecidas por habernos beneficiado de su designio para iluminar las trayectorias de alumnos con sus aportes...paradigmas que nos revelan el ilustre encanto de belleza del ejercicio con refulgencia de la enseñanza producto de la aptitud manifiesta cual insignia de vocación consustancial al Ser en Cuestión, retratos vivientes de pedagogos intactos que ejercieron y ejercen la enseñanza con satisfacción... cual Soplo de Dios.